Dicen en la
Fnac de Callao que el ciclo estacional ha muerto,
también lo
ha hecho el calendario gregoriano:
ahora
medimos el tiempo por el culto a la obsolescencia programada.
Hace un
iPhone que no nos vemos y siete smartwatches
que no pido
cita con el médico.
Ahora, en lo
digital mundano, todo tiene una segunda vida:
los héroes
de la Movida madrileña ya no son alocados,
los héroes
de la movida madrileña son anunciadores de bancos.
Por lo
menos, C. Tangana ya viene presumiendo de dinero.
El trap ha
resultado ser la vía más directa: del barrio al reino de los cielos.
El problema
está en que no a todos nos dejan ser traperos.
Es el mundo
de lo digital, es lo digital mundano.
El ágora y
el congreso ahora están en Twitter, Instagram; nadie escapa, nadie es esclavo.
Es la norma
LCD, es la norma del giga, es la norma de los datos.
El uniforme
no se viste, el uniforme brilla y lo llevamos en la mano.
Es el mundo
que se nos resbala palmo a palmo. Todo muere,
todos
morimos en un chispazo cuando no miramos.
Damos la
vuelta al barrio en ochenta Air bnbs,
un desahucio
en el piso de abajo y no lo vi venir.
Esta tarde
solo he visto a diez personas con mi camisa dando una vuelta a la manzana.
Amancio debe
de andar muy mal de pasta:
solo ha
salvado el mundo diez veces esta semana.
Hay una
calle que resiste irreductible a Inditex.
Un abrir de
ojos, lo ves y no lo ves.
Rebajas en
Bangladesh y todos llevamos la misma falda.
Hoy,
renegamos de Gasset; renegamos de la Rebelión de las masas.
El auténtico
orteguiano es el que compra en Zara.
La lucha, la
rebelión, ¿es individual o para salvar la existencia?
Mi reciclaje
detendrá a todas las petroleras.
La lucha de
clases, ¿agoniza o está muerta?
¿Comprar
legumbres o quemar el patrimonio de la familia Botín?
Quizás los
dos.
El genocidio
de la polución viene a por mí. Yo voy a por el dominio mercantil.
Demasiadas
vacas y muere el planeta.
Vuelve el
pecado de la carne y Dios no regresa.
Demasiados
ricos y surge el dilema:
¿nos los
comemos o dejamos que sigan comiendo ternera?
El viaje es
muy corto y cada día se acelera.
Entraremos
en el club de los 27 por millones.
Jimi Hendrix
y Amy Winehouse ya no tendrán nada de especial.
Los opiáceos
se agotan y la angustia aún me quema.
Droga
caníbal o droga vegana: elige tu evasión para este fin de semana.
El dolor y
la resaca ya vendrán mañana.
Siempre será
mejor que el organismo te haga chillar
a que lo
haga el vacío existencial nada más saltar de la cama.
Todo gira, todos
gritan, todo duele, todo quema.
Vamos a
lomos de una piedra a través del sistema solar.
Un señor
naranja con peluca quiere hacernos estallar.
Es la vida,
es lo digital mundano: es la muerte con su aliento, su reclamo.
Solo hay una
salida, un clavo ardiendo: la solución somos tú y yo, no hay nadie más.
La solución
no vendrá de arriba, la solución no está en Instagram.
La solución
se descongela a ritmo de vals.
Solos tú y
yo, sin lo digital. Solo todo el mundo contra las fauces del capital.
Somos nosotras,
somos nosotros: la solución no es nadie más.
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